Hoy os traigo una lectura que he recibido por e-mail y que me ha encantado. Ha sido emocionante leerla porque yo he tenido, en muchas ocasiones, el mismo sentimiento. Sin embargo, en mi caso, en verano que es cuando más tiempo pasaba en el pueblo. Es, sin duda, un texto que merece la pena leer, tanto por su contenido como por su forma, muy elaborada.
El texto me lo ha enviado Tinin. Aquí os dejo lo que me comentaba en su mail y, a continuación, el texto.
Un Saludo Silvia. Me ha encantado saludarte a ti y a tu familia durante las fiestas del pueblo. Te reitero lo que te dije entonces, que estás haciendo un gran trabajo con tu blog sobre Villaestrigo. Lo consulto con asiduidad aunque hasta ahora no he podido participar. Te felicito por lo que estás haciendo, me ha permitido recordar cosas que creía olvidadas y cada vez que lo veo me parece que aun sigo allí. Gracias por todo. Te envío algo de lo que he escrito. No sé si tiene la calidad suficiente. Espero que me digas tu opinión. Gracias una vez más por tu trabajo y gracias a todos los que han enviado fotos y escritos del pueblo.
Mañana de domingo en primavera
Suenan las campanas, es tiempo de ir a misa. Las calles aún son de tierra y frente a cada casa se ha regado primero y después barrido y las aceras están limpias. Es domingo, y como cada domingo y fiesta de guardar ese es el ritual antes de ir a misa, el tener barrida y regada la calle frente a cada casa.
El tañido de las campanas llena el pueblo y los campos cercanos, y despierta a los más rezagados, aquellos que se acostaban al alba.
El tañido de las campanas llena el pueblo y los campos cercanos, y despierta a los más rezagados, aquellos que se acostaban al alba.