El leonés (llamado en las hablas tradicionales como cabreirés, senabrés o palluezu) es el término glotónimo utilizado para hacer referencia al conjunto de hablas romances vernáculas del dominio lingüístico asturleonés en las provincias españolas de León y Zamora.
El término leonés también se ha venido utilizando históricamente por ciertos autores, desde que Menéndez Pidal publicase en 1906 su estudio Sobre el dialecto leonés, para referirse a la totalidad del dominio lingüístico, que se extiende desde Cantabria hasta Extremadura. No obstante, dadas las dificultades lingüísticas e históricas de denominar leonés a las hablas asturianas, hoy en día la mayoría de los autores prefieren referirse a todo este conjunto lingüístico como dominio lingüístico asturleonés o bable.
Derivado del latín, se fue implantando como la lengua empleada tanto a nivel público como privado en los territorios del Reino de León hasta que fue siendo sustituido por el castellano, quedando reducido a un ámbito de uso oral tras la unión de los reinos de León y Castilla, en donde la lengua castellana adquirió un papel predominante.
Tras varios siglos relegado a un segundo plano, en el siglo XIX comenzó su recuperación, consolidada a lo largo del siglo XX, con autores como Eva González Fernández, y especialmente en los primeros años del siglo XXI, con una nueva generación de escritores a los que se suman diversos estudios sociolingüísticos, al mismo tiempo que varias asociaciones culturales e instituciones (siendo reconocido por el Estatuto de Autonomía de Castilla y León) que fomentan su uso y difusión.
Cabe destacar que la UNESCO cataloga al conjunto asturleonés como idioma en peligro de extinción.
El término leonés también se ha venido utilizando históricamente por ciertos autores, desde que Menéndez Pidal publicase en 1906 su estudio Sobre el dialecto leonés, para referirse a la totalidad del dominio lingüístico, que se extiende desde Cantabria hasta Extremadura. No obstante, dadas las dificultades lingüísticas e históricas de denominar leonés a las hablas asturianas, hoy en día la mayoría de los autores prefieren referirse a todo este conjunto lingüístico como dominio lingüístico asturleonés o bable.
Derivado del latín, se fue implantando como la lengua empleada tanto a nivel público como privado en los territorios del Reino de León hasta que fue siendo sustituido por el castellano, quedando reducido a un ámbito de uso oral tras la unión de los reinos de León y Castilla, en donde la lengua castellana adquirió un papel predominante.
Tras varios siglos relegado a un segundo plano, en el siglo XIX comenzó su recuperación, consolidada a lo largo del siglo XX, con autores como Eva González Fernández, y especialmente en los primeros años del siglo XXI, con una nueva generación de escritores a los que se suman diversos estudios sociolingüísticos, al mismo tiempo que varias asociaciones culturales e instituciones (siendo reconocido por el Estatuto de Autonomía de Castilla y León) que fomentan su uso y difusión.
Cabe destacar que la UNESCO cataloga al conjunto asturleonés como idioma en peligro de extinción.
Historia de la lengua
La transformación del latín al leonés se produce de un modo progresivo e imperceptible como sucede en el resto de las lenguas, así que es imposible datar con precisión cuándo el latín se convierte en leonés. A partir de Asturias se extendió hasta casi Andalucía. En la Edad Media se consideraba que el leonés era preferido para la literatura, sin embargo, el castellano lo fue desplazando desde muy pronto.
La transformación del latín al leonés se produce de un modo progresivo e imperceptible como sucede en el resto de las lenguas, así que es imposible datar con precisión cuándo el latín se convierte en leonés. A partir de Asturias se extendió hasta casi Andalucía. En la Edad Media se consideraba que el leonés era preferido para la literatura, sin embargo, el castellano lo fue desplazando desde muy pronto.
Cronología de los idiomas más importantes de la península ibérica.
Basado en el mapa cronológico del lingüista y escritor Manuel Sanz Ledesma.
Siglo VIII
En el siglo VIII, la lengua de la Iglesia y la administración era tan diferente de la hablada que ya se puede pensar en dos sistemas diferentes: el latín y el romance. Así, en el siglo X tenemos un escrito en lengua romance, la Nodicia de Kesos, en la que el romance de esa época sustituye al latín en un acto rutinario de compra-venta. Se considera a la lengua de este escrito como la antesala del asturleonés.
Siglo XII
La lengua empleada en la escritura de todo tipo de actos va a ser progresivamente el asturleonés en el territorio del Reino de León. Es por tanto, una lengua que se emplea a nivel administrativo, público y privado: testamentos, cartas de venta, todo en este periodo está redactado en romance asturleonés. Incluso se redactan escritos legales como pueden ser el Fuero juzgo y los fueros concedidos a diversas ciudades como Avilés, Oviedo, León, Zamora o Salamanca. En este periodo se percibe un acercamiento hacia la consecución de una homogeneización lingüística que pudiera tener un uso cancilleresco. De igual modo, durante el siglo XIII la literatura en leonés hace presencia con obras como el Libro de Alexandre o la Disputa de Elena y María.
La lengua empleada en la escritura de todo tipo de actos va a ser progresivamente el asturleonés en el territorio del Reino de León. Es por tanto, una lengua que se emplea a nivel administrativo, público y privado: testamentos, cartas de venta, todo en este periodo está redactado en romance asturleonés. Incluso se redactan escritos legales como pueden ser el Fuero juzgo y los fueros concedidos a diversas ciudades como Avilés, Oviedo, León, Zamora o Salamanca. En este periodo se percibe un acercamiento hacia la consecución de una homogeneización lingüística que pudiera tener un uso cancilleresco. De igual modo, durante el siglo XIII la literatura en leonés hace presencia con obras como el Libro de Alexandre o la Disputa de Elena y María.
Conventus Asturum. Trabajo propio basado en el libro Astures de Carmen Fernández Ochoa.
Siglo XIV
Incluidos ya los territorios leoneses bajo la órbita castellana, y en el tiempo en el que se podrían dar las circunstancias adecuadas para un desarrollo como lengua de prestigio y cultura, el castellano va a sustituir al leonés en estos ámbitos, al igual que en la vecina Galicia, postergándolo al uso oral, como pasara antes con el latín. En consecuencia, va a haber un distanciamiento importante entre la lengua hablada y la lengua escrita, el castellano.
Siglo XV
Desde este siglo hasta el siglo XVIII puede hablarse de este periodo como el de los siglos oscuros, donde al igual que en otras zonas de la península Ibérica y de Europa, las lenguas de los estados resultantes, en un proceso de centralización, van a marginar a las del resto de esos territorios, quitando homogeneización lingüística y cultural que pone en peligro la existencia de algunas lenguas y lleva a la fragmentación dialectal de éstas.
Siglo XVI
En la Edad Moderna la producción en leonés se centra en el campo literario donde autores como Juan del Enzina, Lucas Fernández o Torres Naharro publican obras utilizando el leonés, especialmente las centradas en las églogas.
Siglo XVIII
Con el movimiento de la ilustración se atisba un impulso por la recuperación de las lenguas (dialectos en la terminología de la época), con Jovellanos proponiendo la creación de una Academia, una gramática y un diccionario del bable, nombre aplicado también al asturleonés. Igualmente hay una actividad literaria que hace presentir la posibilidad de una continuidad de la literatura asturleonesa desde la Edad Media. Otro autor destacado es el salmantino Torres Villarroel.
Siglo XIX
Es en este momento con el Romanticismo, al igual que en toda Europa, cuando las lenguas cobran un empuje en la literatura y en la cultura de entonces. En el dominio lingüístico asturleonés se sigue este camino. En Miranda se traducen los Evangelios, como en León donde podemos añadir la existencia de poesía de carácter menor. Es en Asturias donde recobra más fuerza, debido sobre todo a la presencia de la universidad. Así habrá propuestas de gramática, diccionarios y una abultada literatura con autores como José Caveda y Nava o Juan María Acebal.
Siglo XX
A principios de siglo sigue este periodo de recuperación con un acercamiento a los modelos estéticos de la época, con gente como José García Peláez («Pepín de Pría») y sobre todo el Padre Galo Fernández («Fernán Coronas»), autor de una poesía en tono melancólico en la que afronta la realidad lingüística de Asturias, León, Zamora y Miranda como base para el acceso a una lengua de prestigio. Con la Guerra Civil Española y el periodo posterior de la dictadura franquista, este proyecto se detiene y cae en el olvido. En los años 70 vuelve a retomarse el proyecto y cuaja en la creación de la Academia de la Llingua, organismo oficial, en un crecimiento literario y en una demanda social por la lengua, que contribuye a la presencia de la misma en la escuela asturiana y mirandesa, junto a una petición amplia por la oficialidad de la misma (ya alcanzada en el caso mirandés). Nada más quedaría incluir a León y Zamora en ese proceso normalizador que concierne a todo el dominio.
Eva González Fernández, nacida en Palacios del Sil, es la escritora más importante en lengua leonesa de este periodo. Su escritura surge totalmente de la tradición oral, siguiendo inclusive su métrica, estilo y mismo ritmo. Su hijo Roberto González-Quevedo, miembro de la Academia de la Llingua Asturiana, continúa con la labor de dignificación y difusión del leonés emprendida por su madre.
Fruto de diversas iniciativas colectivas, y sucesora de diversas aportaciones personales realizadas en la década de los ochenta, en 1994 nace en León Facendera pola Llengua, colectivo que defiende un nuevo papel para el asturleonés. Desde su creación organiza cursos, charlas y todo tipo de actividades conducentes a llenar los grandes vacíos de información que tiene la sociedad leonesa y zamorana. Su objetivo es acercar la realidad de la lengua asturleonesa, su historia, su literatura y su situación.
Siglo XXI
Florecimiento de la literatura leonesa. Roberto González-Quevedo se convierte en el escritor más reconocido y prolífico en lengua leonesa. Tras él surge una nueva generación de escritores, apadrinados en su mayoría por el escritor y editor Xosepe Vega Rodríguez y el proyecto editorial de Libros Filandón, el cual pretende servir de soporte de desarrollo a la literatura y la creación de autores leoneses, pero en especial a la expresión creativa en las hablas tradicionales de esa región. Se inicia una reivindicación más acentuada por parte de asociaciones culturales que piden una implicación institucional completa respecto a la protección y promoción del uso del leonés, y a iniciativa de la Universidad de León se celebran una serie de congresos lingüísticos con la pretensión de sentar las bases de una normalización lingüística.
Incluidos ya los territorios leoneses bajo la órbita castellana, y en el tiempo en el que se podrían dar las circunstancias adecuadas para un desarrollo como lengua de prestigio y cultura, el castellano va a sustituir al leonés en estos ámbitos, al igual que en la vecina Galicia, postergándolo al uso oral, como pasara antes con el latín. En consecuencia, va a haber un distanciamiento importante entre la lengua hablada y la lengua escrita, el castellano.
Siglo XV
Desde este siglo hasta el siglo XVIII puede hablarse de este periodo como el de los siglos oscuros, donde al igual que en otras zonas de la península Ibérica y de Europa, las lenguas de los estados resultantes, en un proceso de centralización, van a marginar a las del resto de esos territorios, quitando homogeneización lingüística y cultural que pone en peligro la existencia de algunas lenguas y lleva a la fragmentación dialectal de éstas.
Siglo XVI
En la Edad Moderna la producción en leonés se centra en el campo literario donde autores como Juan del Enzina, Lucas Fernández o Torres Naharro publican obras utilizando el leonés, especialmente las centradas en las églogas.
Siglo XVIII
Con el movimiento de la ilustración se atisba un impulso por la recuperación de las lenguas (dialectos en la terminología de la época), con Jovellanos proponiendo la creación de una Academia, una gramática y un diccionario del bable, nombre aplicado también al asturleonés. Igualmente hay una actividad literaria que hace presentir la posibilidad de una continuidad de la literatura asturleonesa desde la Edad Media. Otro autor destacado es el salmantino Torres Villarroel.
Siglo XIX
Es en este momento con el Romanticismo, al igual que en toda Europa, cuando las lenguas cobran un empuje en la literatura y en la cultura de entonces. En el dominio lingüístico asturleonés se sigue este camino. En Miranda se traducen los Evangelios, como en León donde podemos añadir la existencia de poesía de carácter menor. Es en Asturias donde recobra más fuerza, debido sobre todo a la presencia de la universidad. Así habrá propuestas de gramática, diccionarios y una abultada literatura con autores como José Caveda y Nava o Juan María Acebal.
Siglo XX
A principios de siglo sigue este periodo de recuperación con un acercamiento a los modelos estéticos de la época, con gente como José García Peláez («Pepín de Pría») y sobre todo el Padre Galo Fernández («Fernán Coronas»), autor de una poesía en tono melancólico en la que afronta la realidad lingüística de Asturias, León, Zamora y Miranda como base para el acceso a una lengua de prestigio. Con la Guerra Civil Española y el periodo posterior de la dictadura franquista, este proyecto se detiene y cae en el olvido. En los años 70 vuelve a retomarse el proyecto y cuaja en la creación de la Academia de la Llingua, organismo oficial, en un crecimiento literario y en una demanda social por la lengua, que contribuye a la presencia de la misma en la escuela asturiana y mirandesa, junto a una petición amplia por la oficialidad de la misma (ya alcanzada en el caso mirandés). Nada más quedaría incluir a León y Zamora en ese proceso normalizador que concierne a todo el dominio.
Eva González Fernández, nacida en Palacios del Sil, es la escritora más importante en lengua leonesa de este periodo. Su escritura surge totalmente de la tradición oral, siguiendo inclusive su métrica, estilo y mismo ritmo. Su hijo Roberto González-Quevedo, miembro de la Academia de la Llingua Asturiana, continúa con la labor de dignificación y difusión del leonés emprendida por su madre.
Fruto de diversas iniciativas colectivas, y sucesora de diversas aportaciones personales realizadas en la década de los ochenta, en 1994 nace en León Facendera pola Llengua, colectivo que defiende un nuevo papel para el asturleonés. Desde su creación organiza cursos, charlas y todo tipo de actividades conducentes a llenar los grandes vacíos de información que tiene la sociedad leonesa y zamorana. Su objetivo es acercar la realidad de la lengua asturleonesa, su historia, su literatura y su situación.
Siglo XXI
Florecimiento de la literatura leonesa. Roberto González-Quevedo se convierte en el escritor más reconocido y prolífico en lengua leonesa. Tras él surge una nueva generación de escritores, apadrinados en su mayoría por el escritor y editor Xosepe Vega Rodríguez y el proyecto editorial de Libros Filandón, el cual pretende servir de soporte de desarrollo a la literatura y la creación de autores leoneses, pero en especial a la expresión creativa en las hablas tradicionales de esa región. Se inicia una reivindicación más acentuada por parte de asociaciones culturales que piden una implicación institucional completa respecto a la protección y promoción del uso del leonés, y a iniciativa de la Universidad de León se celebran una serie de congresos lingüísticos con la pretensión de sentar las bases de una normalización lingüística.
En la actualidad
Por extensión geográfica, la lingüística describe que los trazos fundamentales de la lengua asturleonesa se extienden actualmente por Asturias, León, Zamora y Miranda do Douro. El carácter común del asturleonés en todos estos territorios, no se caracteriza por ser una agregación de un dialecto asturiano, otro leonés, otro zamorano y otro mirandés; la primera división científica del asturleonés, que describe la lingüística, es precisamente otra, vertical y dividida en tres bloques dialectales transfronterizos compartidos principalmente entre Asturias y León: Occidental, Central y Oriental. Solamente en un segundo nivel de análisis se podrían describir entidades menores. Las entidades políticas o administrativas y los espacios lingüísticos raramente coinciden biunívocamente, lo más habitual es que las lenguas sobrepasen las fronteras y no coincidan con ellas.
Uso y estatus
Número de hablantes
No existe ningún censo lingüístico que permita conocer con precisión cuál es el número real de hablantes de leonés en las provincias de León y de Zamora. Las estimaciones realizadas oscilan entre los 5.000 y los 50.000 hablantes, tal como se refleja en la siguiente tabla.
No existe ningún censo lingüístico que permita conocer con precisión cuál es el número real de hablantes de leonés en las provincias de León y de Zamora. Las estimaciones realizadas oscilan entre los 5.000 y los 50.000 hablantes, tal como se refleja en la siguiente tabla.
Estudio sociolingüístico | Nº de hablantes |
---|---|
II Estudiu sociollingüísticu de Lleón (Identidá, conciencia d'usu y actitúes llingüístiques de la población lleonesa). | 50.000 |
Boletín de Facendera pola Llengua y la Cultura de las Comarcas Llionesas. | 25.000 |
El asturiano-leonés: aspectos lingüísticos, sociolingüísticos y legislación. | 20.000 a 25.000 |
Linguas en contacto na bisbarra do Bierzo: castelán, astur-leonés e galego. | 2.500 a 4.000* |
Percepción de los hablantes
Algunos estudios sociolingüísticos afirman que un 82,6% de los asturianos encuestados opinan que no existe asturiano más allá de las fronteras de la comunidad autónoma asturiana. Otros estudios realizados en los municipios leoneses que lindan con Asturias afirman que un 65% de los encuestados creen no estar de acuerdo o poco de acuerdo en que el habla tradicional de León tenga unidad lingüística con el asturiano; paradójicamente, en este mismo estudio, los hablantes denominan mayoritariamente a la lengua como asturleonesa.
Denominación del habla | Porcentaje |
---|---|
asturleonés | 18,5% |
castellano | 15,7% |
paḷḷuezu | 15,5% |
bable | 15,5% |
ḷḷacianiegu | 8,7% |
asturianu | 5% |
Esta incongruencia es debida principalmente a que un 30% de la población leonesa no tiene interiorizada la idea de que el asturiano o leonés sea un idioma diferente del castellano.
Por otra parte una cuarta parte de los leoneses dice entender el habla tradicional y el 67,2% de los leoneses se muestra favorable a colaborar con Asturias en política lingüística. Casi el 50% se muestra a favor de que el habla tradicional (ya sea denominada leonés, asturleonés, fala o bable) adquiera un reconocimiento jurídico pleno en el Estatuto de Autonomía, frente a un 42% que no estaría nada o poco de acuerdo.
Por otra parte una cuarta parte de los leoneses dice entender el habla tradicional y el 67,2% de los leoneses se muestra favorable a colaborar con Asturias en política lingüística. Casi el 50% se muestra a favor de que el habla tradicional (ya sea denominada leonés, asturleonés, fala o bable) adquiera un reconocimiento jurídico pleno en el Estatuto de Autonomía, frente a un 42% que no estaría nada o poco de acuerdo.
Fuente: Wikipedia
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