16 de agosto de 2010

Hemeroteca: 2 de Mayo de 2010

Los Curas Rojos (2nda parte): Zotes, jornaleros con sotana y voz

02/05/2010

En los años 60 del pasado siglo el Páramo leonés vivía impresionado y orgulloso el ascenso a los cielos del Régimen de su paisano Rodolfo Martín Villa (Jefe Nacional del SEU con solo 28 años).

Parecía impensable que allí, en su pueblo, Santa María del Páramo, naciera en aquellos mismos años un Colegio Rural Familiar con la finalidad de formar líderes agrarios, a semejanza de una experiencia puesta en marcha por los sindicatos agrarios de la democrática Francia, aquel país al que pasaban de forma clandestina los españoles para ver películas prohibidas en España.

Y, sin embargo, ocurrió. El principal ‘culpable’ fue el cura de Zotes y Villaestrigo, Julio Martínez Redondo y el llamado Grupo de Zotes.

En los años 60 del pasado siglo -reinando en León el obispo Almarcha (con tanto poder en la iglesia como en la política) era impensable que algo se escapara al control de la iglesia oficial, la que colaboraba con el Régimen de Franco con hechos tan cuestionados (por citar uno doloroso y casi cruel) como denunciar a quienes tenían la desgracia de tener que trabajar en domingo- parecía imposible que algo se escapara de su control. El León oficial se entregaba a las bondades de personajes beatíficos como Fray Pacífico de Poladura (menos capuchino que falangista) o el radiofónico padre Javier de Valladolid. Cuando algún cura tenía ‘deslices’ sociales era llamado a capítulo (ejercicios espirituales en San Isidoro) por asuntos como "leer a Unamuno y otros autores prohibidos".

No era Almarcha nada amigo de los movimientos sociales en la iglesia, ni tan siquiera de los ‘legales’ en aquella época (HOAC, JOC...). El teólogo leonés de Éscaro, Gerardo Fernández, autor de un libro de referencia en este campo (‘Religión y poder. Transición en la Iglesia Española’) dice lo siguiente del caso de León: ‘‘El obispo admitía en exclusiva la Acción Católica tradicional, ligada a las dimensiones sacrales, catequesis y caritativas de las parroquias, y dirigida por personas de la alta sociedad. (...) A Almarcha le irritaban los movimientos asamblearios en la Iglesia de grupos como la HOAC y la JOC’’.

En ese ambiente, parecía imposible que un grupo liderado por un cura saliera al campo a trabajar ‘como peón’ (tal vez siendo los primeros jornaleros del campo en León) y después liderara una educación diferente y comprometida en un colegio y apostara por los movimientos asamblearios y tuviera las puertas de su casa permanentemente abiertas.

Y, sin embargo, ocurrió. El principal ‘culpable’ fue el cura de Zotes y Villaestrigo, Julio Martínez Redondo y el llamado Grupo de Zotes.

Julio Martínez Redondo, un auténtico cura rojo y obrero, había llegado a principios de los años 60 a hacerse cargo de las parroquias de Zotes y Villaestrigo y comenzó a acercarse a sus feligreses a través de los movimientos y grupos ‘legales’ de la época (la Juventud Agraria Rural Católica, JARC o la Hermandad Obrera de Acción Católica) pero sus ideas eran mucho más avanzadas.

El profesor Francisco Flecha, que con el tiempo formaría parte de este grupo, recuerda que la idea de Julio Martínez era ‘‘crear grupos de reflexión y compromiso sobre los problemas del campo, en general, y de los jóvenes agricultores en particular, tendiendo a fomentar niveles de asociación a nivel local, comarcal, provincial, regional y nacional’’.

La capacidad de convocatoria de Julio era evidente, su compromiso llegaba a los jóvenes que veían en él a alguien siempre dispuesto a ser el primero en agarrarse al arado y a la palabra. Así se fueron sumando a sus grupos de reflexión jóvenes campesinos llegados de pueblos Abelgas y Cabreros del Río (entre ellos estaba Matías Llorente, quien no duda en situar el germen de la UCL en estos encuentros).

Laguna de Negrillos, 1965

La culminación de los movimientos propiciados desde aquel Grupo de Zotes la realización de multitudinarios encuentros de jóvenes agricultores que tuvieron su punto álgido en el que se celebró en Laguna de Negrillos en el año 1965. Acudieron más de mil jóvenes agricultores.

No se quede con la cifra en abstracto. Piense en mil agricultores en el Páramo, en el León del año 1965, auspiciado desde la Iglesia de Almarcha y a la vista de las autoridades del Régimen...

Sólo era el comienzo. Después extendieron sus redes y entraron en contacto con otros grupos en Zamora capital y la comarca de Aliste. En verano se organizaron visitas e intercambios con jóvenes agricultores de otras zonas, recorriendo comarcas enteras y analizando problemas, diferencias y soluciones dadas en cada sitio (Se visitaron comarcas de Asturias, País Vasco, Cataluña).

La semilla estaba puesta. En la cabeza de Julio Martínez bullía otra idea: un colegio que llevara a las mentes de los chavales la perpetuación de aquellas ideas y sólo dos años más tarde de aquella reunión de Laguna de Negrillos nació el Colegio Rural Familiar de Santa María del Páramo. El ya citado Francisco Flecha, profesor de la Universidad de León en la actualidad, recuerda el germen de aquella experiencia, la primera de la provincia de este tipo y se muestra convencido de que también la primera de España: "Se trataba de un colegio especial y maravilloso, financiado por la Comunidad de Regantes del Páramo, algo casi inaudito. Era una experiencia trasplantada a León y a España de los colegios creados por los sindicatos agrícolas franceses, que pretendían formar líderes para nuestro campo con formación técnica y compromiso social. Rompía con todos los mitos y no ofrecía títulos sino conocimientos y reflexión, para que los jóvenes ‘instruidos’ allí no se desclasasen y aprovechasen la formación recibida para abandonar el campo. No buscaba lo de estudiar para no tener que vivir del campo sino lo de estudiar para vivir del campo con dignidad".

Para ahondar en esta idea de ‘igualdad’ tampoco la sede del colegio era un edificio llamativo, "el colegio era una casa exactamente igual que el resto de las casas de Santa María del Páramo o de cualquier otro pueblo. Los alumnos estaban 15 días en sus casas y otros 7 en el colegio, en régimen de internado".

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