Hace unos días, mi padre echó de menos una tradición que mi abuela llevaba a cabo muchas de las veces que estábamos de visita en el pueblo: hacer flores manchegas. Fuera la época del año que fuera, siempre olíamos en algún momento el dulce olor de este postre. Es un dulce típico de la Semana Santa, pero mi abuela nunca dudaba en hacerlas algún verano.
Tanto echaba de menos la tradición mi padre que después de unos días buscando los moldes por todas las tiendas habidas y por haber, al fin los ha encontrado.
A continuación, os dejo la receta:
230 gramos de harina de todo uso
180 mililitros de leche
2 huevos
20 gramos de aceite de oliva
10 gramos (aprox.) de azúcar
Una pizca de sal
Aceite de girasol para freír
Azúcar
Canela para espolvorear.
Elaboración:
Prepara la masa en un cuenco mezclando todos los ingredientes y batiendo hasta conseguir una masa fina y homogénea. Déjala reposar en el frigorífico durante media hora aproximadamente para que la harina se hidrate.
Pon abundante aceite de girasol a calentar en un cazo o sartén no muy grande, introduce el molde para flores manchegas en el aceite para que se vaya calentando. La masa deberás disponerla en un recipiente que no sea muy grande y con las paredes bajas, pero que permita introducir la flor del molde holgadamente.
Cuando el aceite y el molde estén bien calientes, introduce el molde en la masa, ésta se quedará adherida gracias al calor, vuelve a introducir el molde en el aceite y fríe la flor que verás que se abre para despegarse del molde. Si no se soltara sola, empújala con cuidado con una espátula o similar.
Dale la vuelta a la flor para que se dore bien por los dos lados y cuando la retires, pósala sobre papel de cocina absorbente, a continuación espolvorea sobre ella azúcar o azúcar mezclado con canela. Para hacer la siguiente flor vuelve a calentar el molde en el aceite antes de introducirlo en la masa, y así sucesivamente. Ya sabes que a la cuarta flor, ya tendrás dominado el proceso.
Deja enfriar las flores manchegas antes de consumirlas, estarán crujientes y deliciosas, tus comensales seguro que te agradecen que les agasajes con semejante dulce.
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