Hace unos días, mi padre echó de menos una tradición que mi abuela llevaba a cabo muchas de las veces que estábamos de visita en el pueblo: hacer flores manchegas. Fuera la época del año que fuera, siempre olíamos en algún momento el dulce olor de este postre. Es un dulce típico de la Semana Santa, pero mi abuela nunca dudaba en hacerlas algún verano.
Tanto echaba de menos la tradición mi padre que después de unos días buscando los moldes por todas las tiendas habidas y por haber, al fin los ha encontrado.
A continuación, os dejo la receta:
230 gramos de harina de todo uso
180 mililitros de leche
2 huevos
20 gramos de aceite de oliva
10 gramos (aprox.) de azúcar
Una pizca de sal
Aceite de girasol para freír
Azúcar
Canela para espolvorear.
Elaboración:
Prepara la masa en un cuenco mezclando todos los ingredientes y batiendo hasta conseguir una masa fina y homogénea. Déjala reposar en el frigorífico durante media hora aproximadamente para que la harina se hidrate.
Pon abundante aceite de girasol a calentar en un cazo o sartén no muy grande, introduce el molde para flores manchegas en el aceite para que se vaya calentando. La masa deberás disponerla en un recipiente que no sea muy grande y con las paredes bajas, pero que permita introducir la flor del molde holgadamente.