1 de junio de 2014

Averías en el Páramo Bajo


La curva de averías y reventones en los regadíos modernizados del Páramo Bajo continúa su imparable ascenso después de que el miércoles se detectaran dos fugas en dos hidrantes (tomas de agua a pie de finca) de una misma parcela. Si hace una semana los responsable de la comunidad de regantes informaban de 100 averías, una semana más tarde ya son 102 las que se han producido desde que en el año 2010 empezara a entrar en servicio el riego en alta presión. El 2014 aporta ya 14 incidentes al total, de los que la mitad se han producido en el Sector V. A estos hay que añadir que hay otro punto de la red «en observación», ante la sospecha de que pueda estar produciéndose otra pérdida.

En esta ocasión se han podido evitar males mayores. La tubería no ha reventado porque el agricultor que trabaja la parcela detectó una acumulación de agua anormal junto a las tomas. Así, se ha evita una superficie mayor dañada al reventar el conducto a presión y que se anegue la finca, dando al traste con el trabajo del cultivador. El afectado avisó a la comunidad y una retroexcavadora sacó a la luz una fuga en cada hidrante de la explotación, situada en Cazanuecos (término de La Antigua), en los punto en el que los hidrantes empalman con el ramal del Sector V, que abastece a esta y otras fincas.

El presidente del sindicato de riego, Herminio Medina, señaló que la tubería «estaba a punto de la petardazo. Podía tardar uno, dos días o media hora y si hubiera reventado podía anegar cinco o seis hectáreas».

Por el momento no hay un plazo para el arreglo de la tubería. «Tenemos una de las piezas, pero la otra hay que fabricarla», explicó un Medina que advierte de la mala situación: «Esto cada vez va a más. No creo que esta obra pueda durar mucho tiempo en estas condiciones».

Junto a los boquetes practicados en el terreno, agricultores de la zona manifestaban su indignación «porque no puedan regar ni saben cuándo podrán hacerlo». «Aquí deberían estar las contratas que hicieron esta porquería de obra y la Seiasa obligándoles a cambiar todo, porque no cobraron dinero falso y parte salió del sudor de estos agricultores», matizó Medina.

El Páramo Bajo espera a la reunión en la que el subdelegado del Gobierno en la provincia, Juan Carlos Suárez-Quiñones, mantendrá en Madrid para exponer la situación antes de adoptar otras medidas, movilizaciones y acciones legales. «No pueden reírse de 3.000 propietarios a los que les cuesta mucho hacer frente a un recibo de 274 euros por hectárea y han gastado una media de 3.000 euros por hectárea en amueblar las parcelas. Están endeudados con estas inversiones y no pueden sacar adelante sus cosechas, cuando con una obra en perfectas condiciones no tendrían problemas para salir adelante». También los jóvenes que se han incorporado a la actividad agraria en esta zona de regadío modernizado encuentran ahora una situación más complicada.

La Comunidad de Regantes del Páramo Bajo quiso agradecer ayer la visita que realizó el subdelegado del Gobierno a los sectores afectados por los reventones el sábado y esperan «que lo escuchen en Madrid, por el bien de todos».